Después de una noche llena de incidentes con nuestros amigos de Alegría-Dulantzi, hemos despertado listos para nuestro segundo día de volante.
Pese al calor, las ampollas y haber tenido que atravesar un bosque lleno de zarzas, ramas, etc. sintiéndonos como Indiana Jones en sus tiempos mozos, venías conseguido llegar a Agurain sanos y salvos.
El sol apretaba pero nadie nos ha quitado la siesta en la puerta del Eroski. No eramos los únicos eskauts en la zona, sólo eramos una parte más de la plaga.
Ha sido un día tranquilo con un pequeño cambio de ruta y nos quedamos a dormir aquí en vez de en Zalduondo como teníamos pensado.
Esperamos que esta vez no tengamos visitas nocturnas por parte de los vecinos del pueblo.
Hasta mañana.