Palacio Álava-Velasco
El Palacio de los Álava-Velasco, situado en el número 101 de la calle Zapatería, en la esquina norte del Casco Viejo gasteiztarra fue construido en el siglo XVII por Francisco Carlos de Álava-Arista. Tras varios siglos en manos de las diferentes generaciones herederas del fundador, en noviembre del año 2006, un grupo inversor adquirió el palacio por valor de aproximadamente 1,8 millones de euros, a través de un bufete de abogados navarro.
El objetivo de esta inversión era reformarlo para convertirlo en un hotel “con encanto”, según anunció en aquel momento el entonces concejal de Urbanismo Jorge Ibarrondo, del Partido Popular. Esta operación urbanística se desarrolló durante la última etapa de mandato del alcalde Alfonso Alonso.
Ya han pasado más de 12 años desde aquella operación, y sin embargo, la única actividad registrada en el edificio, hasta la fecha, ha sido el tapiado de sus puertas y ventanas, con el objetivo de evitar la entrada de okupas.
Tras años de abandono, Gasteiz cuenta ahora con un nuevo espacio liberado en este enigmático edificio, rebautizado ahora como Talka. En las primeras horas de vida, las impulsoras de este proyecto han hecho un llamamiento a todas las mujeres de la ciudad a defender y participar en él, para convertirlo en un “espacio seguro”.
El objetivo de esta inversión era reformarlo para convertirlo en un hotel “con encanto”, según anunció en aquel momento el entonces concejal de Urbanismo Jorge Ibarrondo, del Partido Popular. Esta operación urbanística se desarrolló durante la última etapa de mandato del alcalde Alfonso Alonso.
Ya han pasado más de 12 años desde aquella operación, y sin embargo, la única actividad registrada en el edificio, hasta la fecha, ha sido el tapiado de sus puertas y ventanas, con el objetivo de evitar la entrada de okupas.
Tras años de abandono, Gasteiz cuenta ahora con un nuevo espacio liberado en este enigmático edificio, rebautizado ahora como Talka. En las primeras horas de vida, las impulsoras de este proyecto han hecho un llamamiento a todas las mujeres de la ciudad a defender y participar en él, para convertirlo en un “espacio seguro”.
Pero sus diferencias sociales eran abismales. Ella, provenía de una de las mejores familias de la ciudad, su padre era un empresario pudiente que solo la quería ver relacionado con personas de la alta sociedad. Él, por el contrario, era un muchacho pobre pero muy noble y trabajador. Por si fuera poco, su familia también despreciaba a los ricos, pues tenían muy arraigados sus orígenes humildes.
Vuestra primera pista, y el siguiente fragmento de la leyenda se hayan tras el siguiente acertijo, una vez allí mándadnos una foto de grupo:
En la plaza de mi pueblo
Dijo el jornalero al amo
Nuestros hijos nacerán
Del ayuntamiento al lado
En la plaza de mi pueblo
Dijo el jornalero al amo
Nuestros hijos nacerán
Del ayuntamiento al lado